Prendio el encendedor cerca de su rostro
escucho como lentamente quemaga el gas que hacia vivir a la llama encendida
sobre un viejo trozo de plastico y metal oxidado.
Cerro los ojos e imagino el vidrio roto puesto sobre el piso
su propia mano habia dejado tirados los retasos del cristal
corrian pequeños hilos rojos sobre su mano
bajaban desde el inicio de su palma hasta que llegaron a tocar sus uñas
cruzando por la parte trasera de sus dedos
se deslizaban hacia el piso y caian una a una estirlas rojas manchaban sus zapatos
y en el suelo una mescla entre ese liquido angelical y sus lagrimas
se fusionaban creando un almizcle que recorria todo el cuarto
como un grito ahogado
observo hacia un lado de la habitacion y se puso de pie suavemente
para contemplar lo que seria de seguro el cuadro de soledad mas grande que habia visto jamas
al parpadear regreso en si un momento
y recordo que debia lavar su mano herida
puso su mano y agujas le recorrieron la piel al tocar el agua que no hacian mas que causarle dolor a su herida abierta
en su angustiante dolor levanto la mirada y quedo directa al espejo
un mecho de su hermoso cabello negro le atravesaba su bello y casi mortifero blanco rostro
sus ojos no prendian ni un solo color eran negros como la mismisima noche pero en sus ojos no cabian las estrellas solo el negro entraba por sus pupilas
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