El corazon el musculo impreciso el espiritu el pensamiento mas prufundo el alma el deseo mas grande y el recuerdo el pesar mas intenso /// ce mi oscuridad y yo cere la luz ce mi sol y yo la luna ce mis tinieblas y yo el lucero yo dare mi cuerpo y tu seras las alas la cortada mas profunda y sangrante que he tenido sucedio cuando me besabas y fue que al abrir mis ojos tu me veias fijamente

viernes, 29 de abril de 2011

lo KONozi uNa TArde 1ERa paRTe

Una mirada lo delato una sola mirada al pasar sus ojos se entrelazaron por un segundo, un momento y una ráfaga de viento los impulso a conocerse pero su cuerpo no se movió ni un centímetro.
Reacciono de forma instantánea recordó la llamada que debía atender, pero al ver sus ojos noto una extraña sensación de miedo y curiosidad, lujuria mesclado con dolor.
Sus hermosos ojos eran de un marrón exquisito, combinaban perfecto con su playera holgada color verde lima.
Pero lo extaciante de esa prenda no era su color o su forma era el cuerpo que se ajustaba a ella.
Un cuerpo esbelto, trabajo de un niño, casi dibujado en el pintoresco paisaje de ese parque cualquiera, casi pero no todo, el a diferencia de las pinturas viejas, sin vida, duras y secas ¡el si era real!
Tan real como un breve encuentro y unas cuantas miradas discretas y muy bien escondidas bajo el viento que soplaba esa tarde.
Pero no pudo moverse, sus piernas no reaccionaban y su corazón quería salírsele del pecho impulsándolo a acercarse a su nuevo visitante.
Al dar el primer paso una visión vino a su cabeza, una imagen de la persona que compartió su cama el día anterior y que ha formado parte de su vida por más de 3 años, eso le dijo que debía alejarse, una infidelidad lastimaría su corazón y el de su viejo amante.
Pero contra el corazón no se lucha, no podía resistirse a verlo ahí parado e intercambiando miradas no dejaban de observarse el cuerpo de cada uno.
Entonces tomo el valor de voltearse y dejar atrás lo que sería un encuentro con el amor verdadero, siguió caminando sin voltear apresurando cada paso para alejarse de la presencia del ángel que acababa de conocer.
Sentía su presencia cada vez más lejana, ahí recostado se alejaba su futuro, su hermoso futuro, el que tomo un trozo de su existencia y con un cálido respirar lo hizo sentir como en casa en un instante.
Debo decir con toda lástima que el encuentro no duro mucho tiempo, ¡duró!, lo que dura un suspiro, duro lo que tarda una mirada, cuando todo empieza tan rápidamente solo se le puede atribuir un final igual.
El se dio la espalda, no quiso ver hacia atrás, no logro voltear y reconocer que no lo tendría jamás, no tocaría su cuerpo, no degustaría sus labios, ni su corazón seria saciado de toda sed de amor.
No pudo voltear y reconocer que podía detenerse, pero quien lo culpa hizo lo que un alma lastimada hace en tiempos de dolor, el solo huyó.
Solo huyó de él.
Corrió unos cuantos metros y se detuvo entre la inmensidad de las calles, sintió el miedo fluyendo por sus venas, acaricio el viento con su imaginación y su vista se alzo a lo más alto de las nubes, trago con fuerza y reconoció lo que su alma le rogaba con desesperación
¡Regresa! Le susurraba ¡Solo regresa!!!
¡El te espera!
No quería perderlo, no en ese momento pero ese instante tan mágico ya había pasado y alarmado por la idea que él no estuviera regreso a toda prisa, el miedo a perderlo lo atormentaba, sus zapatos se oían sobre el suelo empedrado de la gran ciudad pero al volver a ese punto no vio más que la luz atravesando el recuerdo del amor de su vida.
Y no importaba cuanto lo extrañara esa noche o ese mismo momento el ya no se encontraba ahí, ¡se fue! Esas fueron sus últimas palabras
Después dio la espalda a ese recuerdo y siguió caminando hasta que regreso al lugar donde todo había comenzado.
La tentación de buscarlo crecía a cada momento pero la esperanza de verlo de nuevo se desvanecía con cada paso que daba.






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